jueves, 8 de junio de 2017

Reseña: Saga de los Guardianes #1-3 de Sergéi Lukyanenko



★★✩ Pues estamos entrando en un ritmo de alternar reseña de "libro leído hace poco" y "libro que me leí hace tiempo y le hago la reseña años después bajo la excusa del #throwbackthursday". Así que toca la Saga de los Guardianes de Sergéi Lukyanenko. Pero de momento solo voy a hacer reseña de la primera trilogía. Me parece que el tono es muy diferente entre las dos, más que nada porque, excepto que me equivoque, se escribieron teniendo en mente que solo iban a ser tres volúmenes. Y tres siguientes no sé si escribió uno por hacer caja y luego los otros dos porque veía que la gente pedía más, o los escribió como segunda trilogía completa (lo dudo, peero...).


Bien, primera trilogía de las Guardias, de los Guardianes, lo que sea. Se nos muestra un Moscú post-soviético noventero en el que aparte de nosotros los humanos nos presentan unos seres que se llaman a sí mismos los Otros, que son entes sobrenaturales como brujas, hechiceros, magos/as, vampiros, licántropos, teriántropos algún íncubo... y poco más. Aunque hay poca variedad de clases el tema es que todos están afiliados a uno de los dos bandos, la Luz o las Tinieblas. Sí, sí, más clásico y está escrito en piedra. Pero justo lo divertido de esta saga y el porqué de que sea de mis favoritas es que esto no es un enfrentamiento del Bien contra el Mal al uso. La chicha de la cuestión es que tienen un pacto establecido entre ellos para mantener una especie de equilibrio, ¿que cómo funciona eso? Pues a lo bruto. Cada acto que un bando efectúe le otorga una licencia al otro. ¿Que un Mago de la Luz quiere salvar a su vecina enferma que se va a morir dolorosamente? Pues un Vampiro de las Tinieblas se zampa a una chavala de dieciséis añitos para compensar. ¿Que un Mago de las Tinieblas hace que el novio de su prima que le ha jodido el coche se caiga por las escaleras? El bando de la Luz remoraliza a un político de tercera fila para que sea bueno y honrado porque saben que va a subir en las filas del partido cagando 'ракета-s'.  Es decir, una especie de balanza kármica hecha por abogados y contables que intentan sacarle la máxima ventaja posible a los fallos en la declaración de milagros del otro al final del semestre para llevarse un pellizco un poco más grande. ¿Y cómo llevan la cuenta y mantienen ese orden entre ellos? Pues creando las Guardias que son la fuerza del orden y la ley... cuando se les deja.


Nosotros, los Otros, servimos a diversas fuerzas, pero en el Crepúsculo no hay distinción entre la ausencia de Tinieblas y la ausencia de Luz.
Nuestra lucha puede destruir el mundo. Rubricamos un Gran Pacto de cese de hostilidades.
Cada una de las partes vivirá de acuerdo a sus leyes, cada una de las partes tendrá sus derechos. 
Y así limitaremos nuestros derechos y nuestras leyes.
Nosotros, los Otros, creamos la Guardia Nocturna, para que las fuerzas de la Luz vigilen a las fuerzas de las Tinieblas.
Nosotros, los Otros, creamos la Guardia Diurna, para que las fuerzas de las Tinieblas vigilen a las fuerzas de la Luz.
El tiempo será quien decida por nosotros.


Pero Alex, ¿esto no es un spoiler aunque sea de séptimo grado y tú no estás en contra de eso? A ver, técnicamente sí.  Pero es una hexalogía y si te la quiero vender tengo que darte algo de contexto un poco más detallado que "Hay una Guardia de gente de la Luz que vigila a los Malos y los Malos tienen la suya que vigila a los Buenos". Porque esta no es una novela de fantasía donde los buenos son muy buenos y los malos son muy malos y el elegido protagonista es muy poderoso. Tampoco es todo lo contrario, pero casi.



Nuestro protagonista, Antón Gorodetski, es un pringado de oficina. Es un informático al que le gusta su trabajo en la Guardia de 9 a 5 metiendo datos en los ordenadores e irse tranquilo a su casa a beber vodka barato como a cualquier ruso de clase media de los 90 (os prometo que es así en el libro, no estoy tirando de estereotipo). No es el más poderoso ni de su zona de cubículos de magos de quinta regional. Y va el jefe y le pone a hacer misiones de campo. Y no, esto no es una novela de humor. Si te mandan ir a cazar vampiros por Moscú  a las tantas de la noche, y eres  un pringado, vas cagado de miedo, haces lo que te mandan y das las gracias si vuelves a ver la luz del sol mientras te preguntas cómo de buenos son realmente los de tu bando si no puedes hacerle nada al teriántropo que tiene las tripas de un pobre colegial en la boca porque te enseña que tiene todos los papeles en orden y están firmados por tu misma oficina. 



Y justo ese es el tema que hace que estas obras sean tan especiales para mí. Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Eso se ve perfectamente en el segundo libro. Si el primero guardianes de la Noche nos cuenta varias historias centradas en los Luminosos Guardianes de la Noche (duh, si es que va en el título) pues Guardianes del Día hace lo propio con los Tenebrosos. ¡Ah! Sí, esa es la estructura de las novelas. Es una historia continua a través de las seis pero contada a través de tres relatos de forma que pueden pasar meses entre ellos (o años). De toda la hexalogía además es ese, el segundo, mi favorito. Los puntos de vista que te muestra de una forma cruda son geniales y la conversación que tiene mi bruja favorita, Alisa Donikova, con un taxista es la escena que mejor captura toda la saga de lejos. 



Y aunque digo que Alisa es mi personaje favorito creo que no hay ningún personaje principal o secundario en toda la primera trilogía que decepcione. Hay algún terciario que... bueno. Pero es que son personajes terciarios, tampoco le puedo pedir peras al olmo. Creo que el hecho de que el autor haya tenido que enfocar a cada personaje dentro del conflicto de una forma individual le ha obligado a invertir un tiempo mínimo con todos y no voy a mentir, le ha salido genial. Desde Hesser y Zabulón a Las todos tienen chispa. 



Como punto menor a favor de la saga está todo el contexto de la Rusia que lucha por adaptarse a los nuevos tiempos. Algo que muchos personajes se toman de una forma muy personal. Algunos son extremadamente patriotas, otros no tanto, pero es una ventana a una parte de la historia que yo personalmente no había explorado hasta leerme esta saga.



Así que si queréis leer fantasía urbana de la buena, oscura, dura y que te haga pensar un poco más que un pelín, tenéis el Crepúsculo ahí mismo (insertar-aquí-broma-caduca-con-la-obra-de-Stephanie-Meyer). ¡Ah! Y sí, se han hecho dos películas basadas en los dos primeros libros. Son infames. No se tocan ni con un palo desinfectado con Dorojovskaia.



1 comentario:

  1. Holaaa
    No conocía esta saga para nada, pero por lo que cuentas creo que puede gustarme, me la voy a llevar apuntada para más adelante y espero disfrutarla
    Muchas gracias por dármela a conocer ^^
    besos!

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