sábado, 24 de noviembre de 2018

Reseña: Antihéroes de Iria G Parente y Selene Pascual

✩ Creo que hace bastante que no hago la reseña de un libro nacional. Sé que llego tardísimo a reseñar algo del dúo Seliria. Pero era verano, me apetecía algo rápido, y tras casi dos años de oír hablar de ellas me picaba mucho no tener ninguna opinión sobre cómo escribían. Y aquí estamos.

Como en Hijos de sangre y hueso, gran parte de lo que suele llamar a la gente a leer estos libros es la diversidad o inclusividad de sus personajes o mundo. Yo en lo que es la reseña me voy a saltar mi valoración sobre eso porque a mí me da bastante igual, pero entiendo que hay gente que sí que lo valora y es cierto que hay personajes LGTB, situaciones de abuso de género y bastantes otros temas que si son importantes para ti porque lo echas en falta en tus lecturas pues aquí tienes de todo (o creo que de casi todo).

Entonces me voy a meter un poco con las partes que a mí me interesan de una novela juvenil de fantasía. Lógicamente valoro el sistema de magia y el mundo, porque eso es lo que me llama a mí. Pero los personajes también hay que comentarlos —uno más que el resto—, y ciertas cosas de la narrativa también porque... cosas.

Voy a empezar con personajes, pero lo voy a tener que mezclar con narrativa por cómo está planteada la novela. Porque es casi lo que hace que deje el libro en la página 30. Yeray es un ejemplo de libro de un self-insert mal ejecutado y ademas en él se reúne casi todo lo que he odiado de la novela en un único paquete. No estoy totalmente en contra del concepto del self-insert —que el autor se meta a sí mismo o a sus ideas en la piel de un personaje— pero por lo general no me gustan porque no suelen estar bien ejecutados. Un ejemplo de esto era, por ejemplo, en Reflejo donde el propio narrador era la excusa para meter con embudo una serie de opiniones que no venían a cuento ni eran relevantes para la trama. ¿Un ejemplo en el que se haga bien? En Harry Potter and he methods of rationality el personaje de Harry no es un personaje espejo del autor, pero las conversaciones que tiene con Dumbledore sí que lo son y se ve a la legua, pero encajan con el personaje y aportan a la trama. Sé, como lector, que esas conversaciones son entre el autor y la figura de Dumbledore o lo que ella representa, pero no me molesta, porque son interesantes y avanzan puntos de la narrativa. 

Pero aquí tenemos a Yeray. En parte agradezco que todo lo que me molesta del libro lo hayan condensado en este personaje, porque así el resto del libro estaba relajado y disfrutaba mucho más de la lectura en los otros capítulos. Pero cuando llegaba un capítulo suyo solo podía contar cuántas páginas me tocaba leer aguantando la respiración. Y aquí es donde cuelo también mi opinión sobre la narrativa. El sistema que plantean de narrar en personajes PDV/POV (punto de vista/point of view) en segunda persona y en presente me ha gustado. MUCHO. No solo porque es algo distinto y original, sino porque está planteado de forma en la que la narración tiene justificación en la historia. Cada uno de los personajes le está hablando a alguien. Su PDV está justificado y el problema de narrar en presente normalmente es que es lioso y eso acaba enfarragando la velocidad que te aporta el tiempo verbal. ¡Pero aquí eso no pasa! Sea a través de un diario, de cuando le hablan a una muñeca o a un espíritu, que una novela cuyo punto focal son sus personajes me de este sistema de narración, me obliga a interaccionar de forma interna con ellos y además me sirve de algo fresco en lo que a narrativa se refiere: un combo de la leche. Excepto en lo que a Yeray se refiere. Porque no tiene un público. No tiene un destinatario. Trata, creo, contigo como lector, pero tampoco te lo explicita. Entonces según las normas de la novela o está loco o están haciendo trampas en la estructura de la novela. Mezcla eso con que es en el que se condensa el discurso de las autoras y me matas. De golpe. Al final la novela se vuelve un poco meta de más para mi gusto; y puedes tratarlo entonces y no antes como la presentación del destinatario de Yeray, pero parece más un arreglo por encima que que estuviese planteado así de base.

Sinceramente el sistema narrativo es lo que ha subido esta novela a un punto más. es lo mejor que tiene. Porque en lo que a poderes se refiere es demasiado blando para mi gusto, la trama es bastante lineal y los giros no son extremadamente sorprendentes. Sé que esto es en parte porque yo no soy el público objetivo de la novela y que mis exigencias de forma son algo más específicas que las de ese target. Pero la excusa de que en el clímax de la novela me digan que todo es caótico y por eso no me narren una escena de ese estilo a la altura no me vale si ya me han hecho un simulacro aceptable unos capítulos antes. Es cierto que puede que desde el punto de vista de ese personaje se percibiese así, pero tienes otros y si me haces varios cambios rápidos de PDV en ese momento das esa misma sensación de caos al lector (que ya lo hacen), y entonces puedes narrarme el meollo de la escena sin reparos. 

No me queda (mucha) bilis que echar sobre Yeray, así que tendré que decir algo sobre el resto de PJs. Hay alguno que sobresale por encima del resto, pero por debilidades personales mías, y sobre el resto: ninguno de los otros es extremadamente plano, suelen ser correctos y se adaptan al resto de la novela bastante bien. ¡Ah! Obviamente como es una novela de este género alguna trama amorosa tiene que haber. Personalmente, ahora mismo disfruto mucho menos del pasará/no pasará que se da tanto en el género y más de lo que viene a continuación. Yo creo que esa situación de incertidumbre a partir de cierto punto de la novela es forzadísima y se podría haber continuado con la parte de ya ha pasado ahora qué que te da muchísimo más juego a la hora de explorar conflictos personales.

Y sí, siendo sinceros me gusta que esté ubicada en Madrid (aunque no todo el rato). Me gusta la referenciación a cosas que me son cercanas en las novelas, pero no ha sido extremadamente relevante en esta. Que hay un montón de referencias a otras cosas en la novela de hoy en día (de stories en Instagram para arriba), y se nota que las autoras son jóvenes porque no están mal utilizadas pero, como con lo del mensaje, hay veces en las que me parecía que querían llegar a un cupo por cada N páginas y me sobraban un poco. Y eso lo dice alguien al que le gusta Ready Player One (casi) solo por la cantidad de referencias que tiene; así que tampoco descarto que fuese porque simplemente varias hayan sido porque no me han llegado tanto como otras (de nuevo lo de que sé que no está diseñada de base la novela para mí).

Así para acabar, es una novela correcta. Si se es fan de la literatura juvenil en castellano y se quiere ver cómo ha evolucionado en los últimos tiempos no se puede decir que no se ha leído algo de Iria y Selene. Probablemente no pille otro en un tiempo excepto que me llame la premisa un montón, pero creo que ha sido una buena toma de contacto con estas autoras. A un Alex de hace bastantes años le hubiese gustado bastante más que algunas de las cosas que leía entonces y en cierto sentido le habría sido útil. Si conocéis a alguien que reúna parte de esas características; joven, que le importe la parte inclusiva de la novela, que le gusten los superhéroes o que le gusten las novelas de fantasía, sí que creo que puede ser una buena recomendación. No lo veo como el libro para hacer que alguien que no lee mucho se enamore de la literatura exactamente por lo que más me ha gustado a mí, el sistema narrativo, que entiendo que para alguien que no tiene hábito lector puede añadir un rango de complejidad.

Bueno, y me parece que eso es todo. Por fin he reseñado a Seliria. Eso es el equivalente a una medallita en Internet de las que tendría que haber tenido hace mucho. Siempre llego tarde...

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